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“ A la sombra del aliento otoñal “

“ A la sombra del aliento otoñal “
Atención: Esta totalmante prohibida la reproducción de las fotografías en otros medios electrónicos o impresos sin la autorización expresa del autor. Si te interesa la foto contacta con el autor: Miró von Laugaricio ©
Descripción

Esta imagen se percibe como una oda silenciosa a la fugacidad y a la belleza de la simplicidad. Dos manzanas, llenas de color y vida, reposan sobre un bloque de madera rugosa y desgastada, rodeadas de hojas secas que parecen testigos íntimos del paso del tiempo. La composición es sobria, concentrada, impregnada de una atmósfera de humildad —como un instante detenido en el final del otoño.

Las dos manzanas yacen sobre un trozo de madera toscamente labrado, como si descansaran tras un largo día. Una es más oscura, de un rojo profundo; la otra, algo más clara, con cálidos tonos amarillo-rojizos. Están cerca, pero cada una conserva su carácter propio, su textura y su forma. Las envuelve un silencio que no es vacío —está lleno de recuerdos, aromas y de los últimos rayos de luz.

A su alrededor, hojas secas —retorcidas, quebradizas, pero aún hermosas— se posan con delicadeza. Sus nervaduras finas y contornos deformados contrastan con la superficie lisa y firme de las manzanas. Es como si las hojas estuvieran ahí para recordarnos que todo lo que vive, un día se convertirá en un susurro. Pero en esta convivencia no hay tristeza —al contrario, hay equilibrio entre juventud y envejecimiento, entre frescura y despedida.

La paleta cromática del cuadro es terrosa, cálida y llena de profundidad. El fondo marrón oscuro posee la pátina de un lienzo antiguo o de un muro que ha resistido al tiempo. La luz entra lateralmente, modelando suavemente las formas, acentuando su volumen y otorgando a las manzanas una fuerza casi escultórica. Las sombras son suaves, discretas, como si no quisieran interrumpir el silencio.

La imagen tiene un efecto introspectivo. No clama por atención, sino que nos atrae con suavidad a su mundo. Nos invita a detenernos, a desacelerar, a contemplar la belleza de lo cotidiano. Es una imagen que encierra la sabiduría de la naturaleza —que nada es eterno, y precisamente por eso cada instante posee un valor único. Esta escena habla en silencio, pero lo dice todo. Y el espectador siente que es testigo de algo real, aunque aparentemente sencillo.


Ficha
Copyright Miró von Laugaricio [ miroart ] ©
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Categoria Naturaleza
Realizada el 21/05/2025
Subida el 21/05/2025
70 Visitas.
Localización
Continente: Europa País: Austria Región: Wien Sitio: Viena