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Son casi las 13 horas, el Sol luce con toda su fuerza y me pilló de regreso del paseo que muchos Domingos hago por la Sierra. Estaba en ladera del monte de enfrente y me impactó la imagen de esos pinos aislados, fundamentalmente rodeados de arbustos y esparto. El esparto aquí crece como la grama en las tierras bajas y húmedas. Al principio la imagen parece desoladora pero cuando la miras un rato, te parece un milagro. En un sitio donde el agua es tan escasa, el terreno con tanta pendiente y tan pedregoso, que una planta aparezca con tanta fuerza y con ese verdor, es un milagro. Como tal os lo muestro para que cuando os lo cuenten, lo creáis sin mas. Un abrazo