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“ La mirada perdida ”

“ La mirada perdida ”
Atención: Esta totalmante prohibida la reproducción de las fotografías en otros medios electrónicos o impresos sin la autorización expresa del autor. Si te interesa la foto contacta con el autor: Miró von Laugaricio ©
Descripción

En esta fotografía se revela ante el espectador una escena silenciosa y melancólica: un viejo oso de peluche, escondido entre robustas balaustradas blancas, mira al vacío con una expresión que parece cargar con la memoria. Una luz suave cae a través de la barandilla sobre su pelaje desgastado, proyectando sombras dramáticas que acentúan el contraste entre la suavidad del juguete y la dureza de la arquitectura circundante. Todo parece una escena de película: un destello de recuerdo, un fragmento de infancia perdido en el tiempo.

El osito no es nuevo: su superficie está gastada, una oreja ligeramente torcida, una costura parece deshilachada. Y sin embargo, son precisamente esas señales de uso las que le otorgan carácter. No es un juguete de estantería: es un compañero. Tal vez está solo, tal vez olvidado, tal vez escondido del mundo. Su “rostro”, aunque simple, transmite una extraña mezcla de tristeza y ternura, como si esperara a que alguien lo encuentre otra vez.

La paleta cromática de la imagen es apagada, de tonos terrosos marrones, con una pátina antigua en los bordes que recuerda a las fotos de un álbum familiar. Este efecto visual aporta una atmósfera nostálgica a toda la escena, como si el tiempo se hubiera detenido por un instante. La luz y la sombra no son solo elementos estéticos, sino también portadores de emoción. Los rayos que atraviesan los barrotes generan una sensación de aislamiento, pero también sugieren esperanza: incluso en la oscuridad puede haber un destello de calidez.

Compositivamente, la imagen es muy potente: la mirada del espectador es conducida directamente hacia el rostro del osito, enmarcado entre dos columnas como entre marcos. Esta disposición genera una sensación de intimidad, casi de contención del aliento: el espectador tiene la sensación de estar viendo algo muy personal, casi prohibido. El osito se convierte aquí en símbolo —no solo de la infancia, sino también de la soledad, la memoria y quizá del anhelo por cercanía.

El efecto general de la fotografía es profundamente emotivo. No se trata solo de la representación de un objeto, sino de una escena que despierta preguntas en el espectador: ¿Quién fue su dueño? ¿Por qué se quedó allí? ¿Es una imagen de pérdida o solo de separación temporal? Justamente esta ambigüedad es lo que hace poderosa a la fotografía: deja espacio para proyectar nuestros propios recuerdos y sentimientos. Es una imagen de silencio, de espera y de una esperanza frágil.


Ficha
Copyright Miró von Laugaricio [ miroart ] ©
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Categoria Otros
Realizada el 20/06/2025
Subida el 20/06/2025
51 Visitas.
Localización
Continente: Europa País: España Región: Murcia Sitio: Mar Menor