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“ Altar de tierra y fuego ”

“ Altar de tierra y fuego ”
Atención: Esta totalmante prohibida la reproducción de las fotografías en otros medios electrónicos o impresos sin la autorización expresa del autor. Si te interesa la foto contacta con el autor: Miró von Laugaricio ©
Descripción

Esta naturaleza muerta encierra la fuerza de un contrapunto visual: entre el picante y la fragilidad natural, entre la crudeza y la poesía. La composición se construye como un altar silencioso de sabores, aromas y texturas. En el centro de la escena se alzan cabezas de ajo, majestuosas y al mismo tiempo humildemente dispuestas sobre una base de madera tosca y antigua. Sus pieles secas se curvan y retuercen como pergaminos, como si llevaran un mensaje ancestral.

El ajo aparece aquí en diferentes estados: desde cabezas enteras y compactas, pasando por dientes separados, hasta cáscaras desprendidas como recuerdos. Su superficie, ligeramente brillante, está modelada con precisión por una luz lateral que resalta cada pliegue, cada arruga y cada transición de color, del blanco al violeta hasta llegar a tonos ocres suaves.

En esta sinfonía aromática se suman también pequeños chiles secos —con su rojo intenso que vira al marrón oscuro—, esparcidos con discreción pero de forma estratégica, aportando ritmo y un acento dramático a la imagen. Su presencia es como un signo de exclamación en medio de una frase: breve, fuerte e imposible de ignorar.

Y luego están las dos conchas: espirales, pálidas, tranquilas. Observadoras silenciosas de otro mundo —símbolos del mar, del movimiento, quizá del tiempo. Su superficie lisa, casi marmórea, contrasta con la aspereza de las pieles de ajo y la textura granulosa de la madera. Este contraste —el elemento marino entre frutos de la tierra— introduce un aire de ensoñación, una metáfora o una pregunta.

En cuanto al color, domina una paleta de tonos naturales: marrones, beige, violeta apagado, rojo y matices dorados. El fondo es oscuro, aterciopelado, pero con pátina y textura, lo que otorga profundidad y un carácter casi histórico a la imagen. El conjunto parece pintado por un maestro antiguo —no con realismo estricto, sino con simbolismo poético.

La luz actúa aquí como el pincel de un pintor. Modela los objetos con suavidad pero con precisión —crea volumen, separa las capas y al mismo tiempo las une en una armonía visual. El juego de sombras y luces crea una pequeña gran dramaturgia —no teatral, sino sutil, como un susurro.

Esta imagen impacta al espectador como una meditación —no solo sobre la comida, sino sobre los ciclos, las transformaciones, el paso del tiempo. Es una naturaleza muerta que no busca la belleza en el sentido clásico —la revela con sutileza. Entre ajos y conchas, entre chiles y madera, se oculta una historia sobre la tierra, el fuego y el agua —una unión de sentidos y memorias. Un silencio que tiene sabor.


Ficha
Copyright Miró von Laugaricio [ miroart ] ©
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Categoria Naturaleza
Realizada el 02/07/2025
Subida el 02/07/2025
72 Visitas.
Localización
Continente: Europa País: Austria Región: Wien Sitio: Viena